martes, 5 de abril de 2011

Justicia y Política

En numerosas ocasiones escuchamos que la justicia debe ser independiente, imparcial y su representación incluye un vendaje en sus ojos.
No obstante, cabe preguntarse primero si esto se da en los hechos y segundo ¿debería ser así?
Hace 4 años, el 4 de abril de 2007 para ser más exactos, asesinaban a Carlos Fuentealba, docente neuquino en una movilización del gremio de los maestros de ATEN. Por este hecho se abrieron dos causas, en la primera que buscaba el autor material del homicidio se encontró culpable al policía José Darío Pobrete. Por otro lado la causa “Fuentealba II” que investiga responsabilidades en niveles superiores de la jerarquía policial y al entonces subsecretario de seguridad, está todavía pendiente. Y lo que es más grave, no incluye el pedido de poner en el banquillo al por entonces gobernador Sobisch. Y más aún con el antecedente de 1997, la muerte de otra docente, Teresa Rodríguez, en otro gobierno del MPN por aquellos años de Felipe Sapag. En este caso la justicia parece no tener memoria y los oídos (además de los ojos) tapados.
Muchas veces se dice que las provincias son como feudos, donde pequeños grupos acumulan todo el poder y hacen y deshacen según les parece. Entonces para que no tambalee la argumentación voy a presentar otro caso. El lunes 4 de Abril de 2011 publica La Voz del Interior una nota en la que se informa que prescribió una causa a cuatro empresarios por la evasión de mas de cinco millones y medios de pesos (por aquel entonces dólares ya que se inició en 1997). En este caso el sobreseimiento vino de parte de la Cámara de Casación Penal, cuya jurisdicción es nacional. Aquí tenemos el caso que pone en el tapete por un lado la cuestión de los tiempos de la justicia (¿se puede hablar de justicia cuando pasan años para tener una respuesta?) y por otro de si trata a todos de la misma manera, cuando estos empresarios siguen en la suya y hay personas a las que se les remata su hogar por deudas impositivas.
La justicia trabaja con las leyes que crea el poder legislativo y los decretos del ejecutivo. Por lo que no se puede sostener que la justicia no es política, y si vemos que quienes gobiernan no cuidan los intereses de la mayoría, por más neutral que fuera la justicia la materia prima con que trabaja ya inclina la balanza para el lado de algunos en detrimento de otros. Por otro lado, cómo decir que la justicia no debe ser política y debe ser imparcial si lo que hace es tomar decisiones que afectan la vida de otros y que deben ser cumplidas (definición de manual de qué es política), y lo hace desde su propio punto de vista.
En definitiva, la justicia es intrínsecamente política y no debe tratarnos a todos por igual, por el simple hecho de que no lo somos. Trabajando con las diferencias de las personas es como puede hacer que estas no pesen. Y si no lo hace, si no actúa ecuánimemente, es justamente por una decisión política.
Para terminar les dejo un video de la murga de Montevideo La Mojigata, hablando del poder de la Iglesia (cómo no recordar el caso del Padre Grassi, culpable de acoso sexual recientemente liberado).

lunes, 21 de marzo de 2011

Los Barras

Hoy es 21 de Marzo de 2011, al momento de empezar a escribir el primer texto de este blog todavía no se han cumplido 24 horas desde la última muerte que se ha producido en una cancha de fútbol, la de Ramón Aramayo, socio de San Lorenzo y es poco lo que se sabe con respecto al episodio.
No obstante, esto me da el pie, y hasta quizás ayude a poder pensar esto de una manera más amplia, sin atenernos al caso puntual y que tanto indigna.
Vivimos en una sociedad extremadamente violenta, y al pronunciar esta frase tantas veces escuchada no puedo dejar de pensar que esta violencia está en la espina del sistema en que vivimos, donde el tener dinero abre las puertas. Ahora, hay una cuestión básica, la propiedad de alguien sobre algo implica que los demás son no propietarios de eso, lo que significa que esas puertas que se abren para algunos se cierran para otros. Y ahí está la exclusión y marginación que este sistema genera.
Este portazo en la cara que reciben millones de personas a diario es muy violento, y genera dolor, bronca y resentimiento. Una mezcla explosiva. Marx dijo que el capitalismo es contradictorio y que las fuerzas que él mismo produce serán las que lo destruyan. Sin embargo una cualidad que tiene este sistema es la de adaptarse, y la adaptación que genera para este flagelo que representa la violencia, es la que nos lleva a hablar del fútbol y los barrabravas.
En nuestro país el miedo tiene un lugar muy importante (algo que ayuda a entender el éxito de una programación como la de Crónica TV), es una preocupación constante la inseguridad. Pero no sólo en esto el temor nos conduce a modificar nuestras conductas. Son numerosos los casos de “aprietes” contra trabajadores que intentan hacerse escuchar, en muchos barrios y villas, semilleros del clientelismo, punteros políticos amenazan para votar por tal o cual partido. El factor común en estos casos es la participación de barrabravas.
El sistema político argentino utiliza de manera sistemática la violencia y la exclusión. Los barras son para muchos chicos modelos de éxito y progreso, y para muchos dirigentes mano de obra. En vistas al mundial de Sudáfrica se conformó Hinchadas Unidas Argentinas, con probados vínculos con el PJ (extra: el kirchnerismo al igual que el menemismo y el duhaldismo es PJ) bajo el compromiso de un “buen comportamiento”. Desde ese momento la situación no varió en demasía, en las canchas continuaron los problemas y en diversos hechos, como por ejemplo la violencia producida tras la ocupación del Parque Indoamericano, se vio a barras disparando armas de fuego y yendo al choque.
Esta violencia tan enquistada se ha transformado en una institución más de las que permiten a los poderosos mantener su ubicación de privilegio, de ahí la explicación de por qué no se hace nada para detener a los violentos. Dirigentes políticos, policía y barras trabajan juntos.
Para terminar, soy un convencido de los beneficios de la reflexión, y el arte es un modo de ver el mundo y posicionarse en él (reflexionar), en éste marco la murga expresa muchas veces opiniones desde una perspectiva carnavalera y de barrio. Les dejo aquí un video de la murga uruguaya Agarrate Catalina con su canción sobre la violencia. Un dato de color: quien compuso la canción, Tabaré Cardozo (director de la murga) fue víctima de un asalto en el barrio de Once, le robaron la billetera en la cual tenía guardada la letra, afortunadamente el borrador seguía en su tacho de basura.